5/3/11

DÍMELO EN LA CALLE 2


Por Manuel González P.

Y vuelve uno a la realidad silbando una romanza,
rumiando una venganza,
y enferman los zaguanes hartos de Sancho Panzas,
huérfanos de Quijotes.

Y todo lo aprendido parece un espejismo
y todo lo querido se mide ante el ocaso
y todo lo perdido en el fondo del abismo
da cuenta de un fracaso.

Y yo que no soñaba pasar de los cuarenta,
algunos lustros de prórrogas piadosas…
siempre que el tipejo del espejo canta un albanta,
brotan en la tormenta luciérnagas furiosas.

Los adultos son gente podrida y disecada,
pensaba yo cuando era politécnico, inmortal y bolchevique;
no hay modo de acoplarse con la memez colectiva y malvada
sin bótox en la psique.

Domesticado y descarriado sin pesar en el armario,
bebiendo tinteros del abecedario aparentando un cajón de firma pandora,
más viejo más sabio más primo voy domesticando al corsario,
budismo zen sin escapulario y epistolario… ¿imposturas? una y media por hora.

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