5/3/11

DÍMELO EN LA CALLE 2


Por Manuel González P.

Y vuelve uno a la realidad silbando una romanza,
rumiando una venganza,
y enferman los zaguanes hartos de Sancho Panzas,
huérfanos de Quijotes.

Y todo lo aprendido parece un espejismo
y todo lo querido se mide ante el ocaso
y todo lo perdido en el fondo del abismo
da cuenta de un fracaso.

Y yo que no soñaba pasar de los cuarenta,
algunos lustros de prórrogas piadosas…
siempre que el tipejo del espejo canta un albanta,
brotan en la tormenta luciérnagas furiosas.

Los adultos son gente podrida y disecada,
pensaba yo cuando era politécnico, inmortal y bolchevique;
no hay modo de acoplarse con la memez colectiva y malvada
sin bótox en la psique.

Domesticado y descarriado sin pesar en el armario,
bebiendo tinteros del abecedario aparentando un cajón de firma pandora,
más viejo más sabio más primo voy domesticando al corsario,
budismo zen sin escapulario y epistolario… ¿imposturas? una y media por hora.

4/3/11

LA MEDIOCRIDAD DE LOS "EXQUISITOS" (PARTE I)







Vargas Llosa, Castañeda, Krause y compañía... mediocridad de “exquisitos”

Por Fernando Buen Abad Domínguez
Rebelión/Fundación Federico Engels/Universidad de la Filosofía


La burguesía intelectual, cuando se asusta, se vuelve nazi-fascista
Una vez más, ellos anuncian su desesperación organizando ofensivas nazi-fascistas culteranas. Se dicen “demócratas” y agitan sus banderas conspirativas para fundamentar, con eufemismos a granel, los golpes de estado que sus jefes les encargan. Los apoya la oligarquía mediática, la santa iglesia, los usureros bancarios, los industriales depredadores y no pocos terratenientes traficantes de armas. La ilustración neoliberal quiere dar cátedra de canalladas golpistas.

Presentan libros, dictan conferencias, asesoran a delincuentes, cobran dividendos y se aplauden entre ellos. Son la mano armada, con sofismas y demagogia, encargada de maquillar las monstruosidades de la manipulación. Cobran con su mano “fina” las canonjías cultas y las propinas de vanidad mediática que su patrón les maicea. Y después... se premian entre sí, se citan mutuamente en sus tratados y se erigen monumentos de jactancias sin pudor. Vividores culteranos incubados en la ignorancia de los jefes que pagan para esconder su idiotez. (La de todos ellos).

¿Tiene sentido seguir denunciándolos? ¿Hay alguien que no sepa el calibre obsceno de los lebreles intelectuales cultivados para la lisonja docta? ¿Hay alguien que se trague sus cuentos? Si. Ellos mismos y sus congéneres. Y por eso los denunciamos. No por intelectuales, no por ser de derecha, no por reaccionarios, no por sus limitaciones ideológicas. No sólo, por eso, pues. Si especialmente por su mansedumbre mercantil ante los criminales que saquean, explotan y asesinan a los trabajadores que de verdad trabajan y producen la riqueza. Si por su complicidad sabihonda y cínica, su coautoría demagógica con represores, golpistas y saqueadores. Si los denunciamos por su impudicia y sus petulancias letradas, puestas al servicio de poderes que financian ideólogos para hundir a los pueblos en la ignorancia, la hambruna y la tristeza. Los denunciamos por serviles, por asociación criminal y por desvergüenza... entre otras monerías burguesas. Los denunciamos, se reúnan donde se reúnan.

La batalla de las ideas, la guerra simbólica y la lucha contra la alineación

Al otro lado de ese reino de estulticia “culta”, en oposición y en combate histórico, la clase trabajadora sabe, bien que sabe, de qué serán capaces los lacayos con grados -y posgrados- fanfarrones y lambiscones en simultáneo. Sabe esa clase que sabe mucho, que se debe estar atento, en guardia teórica y metodológica, atentos a la cantidad y a la calidad de las agresiones burguesas, con un ojo al gato y otro al garabato. Sabe que esto es una guerra, incluso de “cuarta generación”, en la que no hay punto de reposo ni en la lucha emancipadora de la conciencia ni en la tarea de construir lenguajes y herramientas filosóficas nuevas. Es decir socialistas. No hay descanso ni en la sintaxis ni en la síntesis, ni en la escuela ni en la cama, ni en la panza ni en el espíritu.

Ese saber de la clase trabajadora ya deja sentir sus resultado s más fortalecedores, por ejemplo: ya se sabe que, por cultos que se presuman los lacayos intelectuales del dinero, su payasada conceptual tiene por finalidad aplicar golpizas intelectuales (y no sólo) al quien se atreva a razonar la explotación y oponerse a ella. Ya se sabe que la servidumbre de los académicos -que se bajan los pantalones frente al jefe- tiene por meta sacrosanta la supresión de la libertad intelectual para los pueblos y la eternización del capitalismo trasvertido de “humanista”, de “culto”, de “científico”, de “culto”. Ya se sabe que en su infinita lambisconería los intelectuales burgueses harán hasta lo imposible por ganarse palmaditas del patrón en sus cabezas “geniales”. Son mercenarios que ofertan charlatanería útil para secuestrar conceptos como “democracia”, “libertad”, “justicia”... cómo les encantan estos términos... cómo gozan tergiversándolos, cómo se esmeran en arrebatárselos a la historia, a la lucha de clases y a los triunfos de los pueblos para ofrecerlos, en la bandeja de plata de su estupidez, a sus amos.

Hoy está clara la nausea generalizada que provocan los discursos y las alianzas delincuenciales de los sabihondos mercantilizados. Su distancia galáctica de las bases sociales, su patanería academicista, su verborrea snob y su “buen vivir” parasitario, son sellos de clase indelebles en una lucha revolucionaria hacia el socialismo que ya identifica con claridad la clase de metralla que soltarán en cada sitio donde se encuentran.

Es fácil rastrear los orígenes y peripecias que cada uno de estos señoritos y señorones de la servidumbre intelectual ha debido cumplir para hacerse “notables” entre la inmundicia burguesa. Unos herederos directos, otros trepadores burócratas, algunos mezcla de todo... ninguno luchador social entre las bases, ninguno trabajador de la cultura en combate por la emancipación de la conciencia, de la panza, del estado del ánimo... ninguno crítico verdadero de la monstruosidad capitalista y neoliberal, ninguno, en fin, vinculado con las luchas justas de los pueblos. Todo lo contrario. De cada uno en la lista de los intelectuales serviles es posible cuantificar repertorios nutridos de canalladas, traiciones, componendas y negociados para calumniar, perseguir, reprimir y criminalizar toda lucha social, toda fuerza liberadora, todo proyecto de sociedad sin amos y sin esclavos.

Hay que ver el calibre inmundo de las estupideces que “teorizan”. El jefe de Krause, Octavio Paz, santon de todos los payasos inetelectuales neoliberales, sólo como ejemplo, rezaba a los cuatro vientos, sin pudor alguno, arrodillado ante su dios Salinas de Gortari, artífice también del TLC: “ El mercado libre es el sistema mejor -tal vez el único- para asegurar el desarrollo económico de las sociedades y el bienestar de las mayorías. Así como las libertades políticas, en regímenes democráticos, implican el respeto a los derechos de las minorías y de los individuos, el libre juego de las fuerzas económicas –liberado de la voluntad arbitraria del Estado tanto como de los monopolios privados- de be estar regido por la ley y por la sociedad misma, es decir, por los productores, los intermediarios y los consumidores. El mercado no puede ser un simple y ciego mecanismo sino que es el resultado de un acuerdo colectivo... ” [1] Palabras de Octavio Paz pronunciadas en: “El siglo XX: La experiencia de la libertad”. [2]

Hoy, semejante idiotez probó, además de su condición de ideología rastrera, cuál sería el rumbo, el desempeño y las tareas de todos lo s discípulos y los discipulitos que hoy andan, por todo el mundo, exhibiendo sus mansedumbres y sus canalladas al servicio de golpes de estado nuevos... en todos los sentidos. Aquí estaremos para denunciarlos e impedírselos, al lado de los pueblos dignos, como en Venezuela, como en Cuba, como en Bolivia, como en Ecuador... como en cualquier lugar donde florece el socialismo desde abajo.

Vargas Llosa se declaró admirador de Aznar y defendió la guerra de Iraq
Un “fan” del trío de las Azores aupado al Nobel

El escritor peruano nacionalizado español Mario Vargas Llosa ha sido premiado con el Nobel de literatura. Además de novelista, escribe periódicamente columnas de opinión en el diario “El País”, también es invitado continuamente a foros conservadores en todo el mundo. También se presentó a las elecciones en su país. No sé si ha hecho méritos literarios para conseguir este premio, de lo que sí tengo la seguridad es de que no lo querría como presidente de gobierno, ni siquiera de vecino. No se puede tener peor calidad humana, como muestran las siguientes declaraciones y opiniones por escrito:
• Afirmó que durante los ocho años de Gobierno de José María Aznar España "alcanzó un protagonismo y una influencia internacional que no había tenido desde el Siglo de Oro y que, me temo, durante un buen tiempo no volverá a tener".
• Resaltó que los "historiadores del futuro reconocerán a Aznar como uno de los grandes estadistas de la historia de España".
• Admitió que le ponía "los pelos de punta" escuchar que se hable en Venezuela de "propiedad social en lugar de la propiedad privada".
• Advirtió de que "de la mano" de algunos líderes políticos que vinculó a "la izquierda boba", en América Latina "asoma un nuevo racismo" de "indios contra blancos".
• Defendió la invasión de Iraq, recordando que de estar contra la guerra en Iraq pasó a defenderla porque con ella "se ha liberado al pueblo iraquí de un dictador terrible. Si la comunidad internacional hubiera hecho con Hitler lo que con Saddam Hussein se hubiera evitado el apocalipsis".
• Defiende el estado débil, criticando los monopolios públicos pero no así los privados.
• Siente una admiración sin límites por Margaret Tacher.
• Hace chanza de los movimientos sociales y defiende al neoliberalismo en ensayos rídiculos.
Sin duda buscando en Internet podemos encontrar muchas más frases célebres de Vargas Llosa, el escritor que rompió con su generación.