28/12/10

FELIZ AÑO 2011




"Que seas amo y maestro de tu silencio y no esclavo de tus palabras"


Por Manuel González Perrusquía.
Feliz año nuevo a los que despiertan en el 2011 sin la resaca de la culpa, llenos de vida en que la pasión sobrepasa a la omisión y el gozo teje luces donde la amargura acostumbra a bordar telas de araña.

Feliz año a quien no oculta afectos ni arranca de sí las fuentes de donde emanan transparencias y no mira a los que le son cercanos como extraños pasajeros de un viaje sin parada, playas u horizontes.

Felices los que abandonan en el pasado sus excesos de equipaje y con corazón ligero derraman en la tierra el montón de orgullo y de tedio; y, generosos, buscan la humildad.

Feliz año nuevo para todos los que despiertan hoy al son de oraciones y agradecen lo habido y lo no habido, maravillados por el don de la vida, a pesar de tantas grietas en las paredes, de los higos resecos y de las miradas furtivas.

Buen año a quien saborea la enfrijolada, y se complace en los granos servidos en plato ajeno; la vida es don, contracción del útero, deseo erguido, espíritu goloso insaciado de Dios.

Que sea nuevo el año para quienes nunca maldicen y contienen la propia lengua, economizan palabras y siembran fragancias en las veredas de los sentimientos.

Sea también feliz el año para quien se cuida en el mirar y, si tropieza, no cae en el abismo de la envidia ni se pierde en oscuridades donde el pavor es apenas el eco de sus propios temores.

Feliz nuevo año a quien se niega a ser tan viejo que ambiciona tener todo nuevo: cuerpo, carro y amor; vivir es gracia para quien acaricia sus arrugas y trata sus límites como cercado florido de cabaña montañera.

Tengan un feliz año todos los que saben ser gordos y felices, endeudados y alegres, privados de caricias pero llenos en sus ansias de fortunas venideras.

Feliz año nuevo a los huérfanos de Dios y de esperanzas y a los mendigos que tienen vergüenza de pedir, a los caballeros que nunca temen olvidar y a las damas que nunca probaron la leche que llevan en sus senos.

Sean felices en este año los hombres ridículamente adornados, supuestos campeones de ventajas; aquellos que nada temen, excepto la mirada de exclusión del hijo y la sonrisa irónica de las mujeres que no los quieren.

Sean felices también las mujeres que se matan de amor y de dolor por quien no lo merece y que en el espejo se descubren tan bellas por fuera cuanto se saben por dentro.

Sea nuevo el año para los ebrios de la sobriedad de ideas que nunca tropiezan en impertinencias, y para quien no conspira contra la vida ajena.

Feliz año nuevo para quien colecciona utopías, hace de sus manos arado y riega con su propia sangre las semillas que cultiva.

Sean muy felices los viejos que no se disfrazan de jóvenes y los jóvenes que superan la vejez precoz; sus corazones tragan la edad anunciadora de emociones fuertes.

Muchas felicidades a los que traen consigo la casa del silencio y por la tarde ofrecen en sus balcones chocolate caliente con sonrisas de sabiduría.

Un año feliz para quienes no se ostentan en el escaparate de la propia vanidad, tratan la muerte con extrañeza y saltan con el niño que los habita.

Feliz año nuevo para los sonámbulos que hacen equilibrios en hilos que unen postes, y para quienes rebuscan luces en las esquinas de la noche.

Un año nuevo muy feliz para todos los que juramos secuestrar los vicios que cargamos y no pagar el rescate de la dependencia; el futuro nos encontrará delgados por comer menos, sanos por fumar oxígeno, solidarios por compartir dones y bienes.

Feliz 2011 para nuestro país, sin terremotos, huracanes, maremotos, erupciones volcánicas, sequías, malos gobernadores y lerdos gobernados además de otros desastres. Dios nos conceda la bendición de tantos dones.

Diciembre 28 2010.

20/12/10

"EL MIEDO CONSTRUYE MUROS" Roger Waters


"Una sociedad amedrentada, dócil y estupidizada es fácil de manipular y por ende de explotar...." Manuel G.

CRÓNICA DE UN CONCIERTO APOTEÓSICO

Por Pablo Espinosa

Fue sencillamente glorioso: en medio del éxtasis colectivo, Roger Waters puso en escena una ópera multimedia: The Wall, la música de todos conocida al servicio de lo escénico y cimbró el Palacio de los Deportes con un espectáculo total que hubiera envidiado Richard Wagner: dramaturgia, espectacularidad cibernética, realidad virtual en tiempo real y excelente música. Una auténtica epopeya.

Superó inclusive su propia marca, establecida con el concierto inolvidable que dio la noche del 6 de marzo de 2007 en el Foro Sol, cuando ante 60 mil espectadores inició con el Adagietto de la Quinta Sinfonía, de Gustav Mahler, y culminó con la carne al rojo vivo en ese concierto histórico, In the Flesh, con sus disquisiciones solistas del periodo post Pink Floyd.

Ahora optó por una intimidad en multitudes: vistió de negro, al igual que él, a toda su banda para ofrendar la música a la escena: los dos discos del álbum La Pared en un montaje teatral durante el cual se construyó un muro monumental, hecho de ladrillos gigantescos de cartonpiedra, pared gigante espectacularmente hecha pedazos al final de la apoteosis. Esta vez tampoco faltó la música de Mahler, enlazada en el intermedio con cánticos de monjes budistas y de Las Mujeres Búlgaras.


De cabo a rabo, el track listing transcurrió literal: desde el inaugural, In the Flesh, hasta el epílogo: Outside the Wall. En medio del recinto que albergó ahora a unos 15 mil espectadores, una isla cibernética gobernó la total parafernalia: un territorio de 10 metros de largo por cinco de amplitud inundado de consolas de audio, lap tops, proyectores, midis y demás arsenal que ofrecía el espectáculo de un centro espacial más que una isla de ingenieros de sonido. Ninguno de ellos podría haber pronunciado la frase legendaria Houston, we have problems, porque todo transcurrió conforme al libro.

Un avión gigante de juguete voló desde el fondo del recinto, atravesó la luneta y se estrelló contra el muro en pleno estrépito e incendio. Luego vinieron las marionetas gigantes y las proyecciones de video sobre el muro de filmes históricos, documentales de guerra y de paz, escenas intimistas y las caricaturas y diseños alucinógenos creados por Geralde Scarfe.

El público en su embeleso cantó la obra completa. Como si todos supieran el texto en alemán de, por ejemplo, el final de la Octava Sinfonía, de Mahler. El momento más emocionante ocurrió cuando sonó, en ese coro de 15 mil gargantas, la estrofa: I become comfortably numb: he devenido cómodamente atónito, perplejo, o bien: me doy ya tanta güeva que todo ya me viene valiendo purititas madres.

Hizo Roger Waters de su pieza Mother epicentro de su dramaturgia. Cantó y todos lo corearon: madre, ¿crees tú como lo intuyo yo, que lo que quieren en realidad es romperme los güevos?, ¿debería mejor lanzarme de presidente?, ¿podemos creerle al gobierno?, ¿o será mejor construirnos un muro de protección?

Y todos presenciaron, entonces boquiabiertos, confortablemente atónitos, la pira de fuegos de artificio, el vuelo virtual de los helicópteros, las balas, el tableteo incesante de metralletas y los gritos de la puesta en escena se confundían entonces con las exclamaciones de estupor y asombro de 15 mil personas convertidas, por la magia de lo que en escena y todo en derredor acontecía, en personajes de la ópera del genio Roger Waters, venerable joven sesentón, erguido Lancelot, egregio Parsifal, protagonista a su vez de tremendo Götterdamerung, un ocaso de los dioses que devienen confortablemente muy mortales, muy de carne y hueso y explosión de decibeles en acompasado diapasón.

Terminó Goodbye Cruel World a las 21:30, luego de una hora de drama, historia social y personal, y Roger Waters abrió un intermedio de 20 minutos cuando también ujieres invisibles han terminado de construir el muro de cartonpiedra que ocupa ya todo el proscenio y han quedado ocultos los músicos y en cuanto inició la segunda parte, con Hey You en el track listing, vino un momento cinematográfico de antología.

En el interin, sobre el muro se imprimieron digitalmente carteles contrarios al “se busca”: fotografías y fichas personales y sociales de “los caídos en misión de amor”. Resaltó entre las decenas de personajes don Salvador Allende, Gandhi y algunos civiles muertos mexicanos por la bizarra guerra "contra el narco" que más bien se parece a una guerra contra la sociedad civil. Y ya para entonces quedaron claras las ideas que quiso transmitir el dramaturgo Waters en escena: “el miedo construye muros”, “el hermano mayor te observa”. “No necesitamos que controlen nuestro pensamiento, derribemos el muro”.

Y así se hará. Mientras tanto, Roger Waters dejó que transcurra este montaje operístico que superó con creces las mejores producciones de Bob Wilson, los montajes más exquisitos vistos en Bayreuth, las ideas más intrincadas que hayan ideado los modernos directores de escena en las casas de ópera del mundo.

Sólo Waters matters: nadie pareció extrañar esa noche a Riquirrín Ricky Right, Nicky Tricky Mason, David-Goliath Gilmour. Pink Floyd es sabido desde hace mucho que tiene un 90% Waters; y ya es una impronta absoluta en la historia moderna de la humanidad. El concepto creado por Syd Barrett y agigantado en sistema omnisciente de sonido de 360 grados que invadió el interior de la chiche metálica del Palacio de los Deportes y las vísceras y los corazones de los mortales que presenciamos, la noche del sábado 18 y domingo 19 de diciembre de 2010, es ahora una epopeya cultural, queda como nueva impronta. Monumental y mágica.

We don’t need no education/ we don’t need no thought control…

"No necesitamos educación", Waters le dijo a la BBC. "Por supuesto que no pienso eso realmente. Es sarcástico. Todos necesitamos toda la educación que podamos conseguir".

"Los Rupert Murdoch de este mundo pueden privarnos de la información, pueden meternos su propaganda e intentar transformarnos en consumidores dóciles. Creo que eso es peligroso y maligno".

"En esta gira intentaré alentar a la gente para que descubran las cosas por sí mismos o que se rebelen. No podemos atiborrarnos de la golosina de los videojuegos y la telebasura. Si lo hacemos, se nos caerán todos los dientes y nos volveremos faltos de ideas, voluntad e inteligencia", aseguró.

Roger Waters en México. Sencillamente G L O R I O S O.

7/12/10

LA CALIDAD EDUCATIVA EN MÉXICO


Por Lydia Cacho


Una maestra amenaza a sus estudiantes, otro los insulta, una más entiende que su desnutrición les impide concentrarse y aprehender ideas, otro los inspira y escucha. Entrevisté a un centenar de educadores de escuelas públicas. Hablaron de sus debilidades personales, del monopolio sindical, de la falta de apoyo para ponerlos al día, de instalaciones deplorables, de la pobreza de sus estudiantes; pero también la mayoría considera una misión trabajar en la educación, les gustaría hacerlo mejor y no tienen claro por dónde empezar.

Y ojalá pudieran hacerlo mejor, porque las y los maestros son la clave de la calidad educativa del país. Y justamente ése es el acierto del documental De panzazo: el drama de la educación en México, dirigido por Juan Carlos Rulfo y producido por Carlos Loret; en él, las y los estudiantes documentan su realidad. De cada 100 mexicanos, sólo 60 terminan la secundaria, 14 millones de estudiantes de primaria y secundaria no comprenden lo que leen, y ocho de cada 10 de secundaria no saben multiplicar. El problema no es económico; uno de cada cuatro pesos del presupuesto se va a la educación, pero ¿a qué bolsillos?

Loret entrevista a Elba Esther Gordillo en el documental, y la pone contra la pared al preguntarle por qué no permite que se evalúe a maestras y maestros; ella culpa a la SEP de Lujambio. Aunque se sabe que Calderón amarró las manos del secretario de Educación, poniéndole como subsecretario al yerno de Gordillo. El sindicalismo corporativo necesita la complicidad de un profesorado que se siente protegido por un sistema de lealtades políticas y no de merecimientos. Eso le otorga a la líder una moneda de cambio, el poderío electoral para arrancar más prebendas políticas que ofrecer a sus cuadros y perpetuar su poder. El espaldarazo que antier ofreció públicamente a Peña Nieto, deja claro que acaba de comprar seis años más de longevidad.

Es poco lo que pueden hacer madres y padres para mejorar la educación de sus hijos e hijas: la gran mayoría carece de las herramientas y el tiempo. El 26% de los hogares son monoparentales con mujeres que trabajan 12 horas al día. Treinta millones de parejas trabajan más de ocho horas diarias fuera del hogar. Casi 8 millones de hombres y mujeres de México son analfabetas. El 70% de las mujeres trabajan fuera del hogar y el 80% dedica su “tiempo libre” a tareas domésticas. Aunque la modernidad ha propiciado que las mujeres tengan más estudio y trabajo, la mayoría gana menos que ellos. A los hombres, las empresas no les dan derecho a guarderías ni tiempo para convivencia familiar y tareas domésticas. La desigualdad es un factor decisivo; nos hemos modernizado en unas cosas, pero estructuralmente seguimos culpando a las mujeres por su ausencia en el hogar y como responsables únicas de la educación.

Efectivamente, todo el país es responsable de mejorar la educación: los medios, las familias, el Estado. Mucho se avanzaría con nuevas generaciones capaces de educar bien. Necesitamos mejores guarderías y empresarios que faciliten horarios para posibilitar la labor paterna y materna. Pero la clave sigue siendo la falta de calidad magisterial y la imposibilidad de evaluarles. Gordillo acaba de garantizar seis años más de rezago educativo en México, ahora de la mano de Peña Nieto, ¿lo permitiremos?