17/7/12

AGRADECER HACE BIEN ( I )

Por Gaby Vargas


Cierra los ojos y relájate. Envía tu atención al área del corazón. Puedes colocar tu mano sobre él si esto te ayuda a enfocarte. Visualiza que tu respiración entra y sale pasando por esta área; inhala y exhala lentamente. Ahora, enfócate en crear un genuino sentimiento de aprecio y agradecimiento hacia algo o alguien que haya sido muy positivo en tu vida. Siente la emoción del aprecio, no sólo la pienses. Trata de sinceramente mantener esta sensación de amor tanto como puedas. 

 Acabas de leer un extracto de las instrucciones que los investigadores del Instituto de HeartMath en California dan para inducir un estado positivo. Le llaman la técnica de “corazón-asegurado”. Consiste en deslindarse conscientemente de emociones no placenteras. ¿Para qué? Los investigadores de HeartMath afirman que el corazón se comunica con el cerebro y el resto del cuerpo a través de varios sistemas; por lo que el corazón tienen una influencia significativa en cómo funciona nuestro cerebro y el resto del cuerpo. Lo que me parece increíble es observar en las gráficas –publicadas en el libro Thanks,del doctor Robert A. Emmons– que con la simple relajación nuestro corazón puede no funcionar tan bien y tan eficientemente como cuando cultivamos el aprecio. Los patrones del ritmo cardiaco son muy diferentes dependiendo de si éste está relajado, bajo estrés o en estado de aprecio. Cuando de manera consciente sentimos un “gracias”, un “qué afortunado soy”, un “qué placer poder ver este atardecer” o “qué privilegio es tenerte en mi vida”, podemos restablecer los ritmos naturales del corazón. La gratitud es literalmente una de las pocas cosas que pueden cambiar nuestra vida.

Es por eso que la psicología positiva se enfoca en las emociones sanas y placenteras, contrario a lo que la psicología tradicional estudia. Solemos dar por hecho tener un corazón sano, hasta que –como siempre en temas de salud– comienza a reclamar atención. Muchos conocemos historias como la de Luis, un querido amigo de cincuenta y pico años de edad, con dos ataques al corazón en su haber. Su trabajo le había causado siempre mucho estrés, no tenía horario fijo y viajaba con frecuencia. Esto le impidió llevar una vida sana, con rutinas de ejercicio, además sufría de sobrepeso y fumaba. Actualmente Luis se considera un hombre muy afortunado y tiene otra perspectiva de la vida. “En verdad soy otro hombre. Hoy sé qué es lo importante en la vida y doy gracias a Dios todos los días por darme la oportunidad de estar vivo”, me cuenta emocionado. Con pacientes como él, la organización HeartMath ha mostrado cambios físicos medibles como resultado de cultivar el aprecio, el agradecimiento y otras emociones positivas. En un experimento con varios pacientes mostraron que, a través de la técnica de cultivar y enfocarse sólo en el aprecio, aumentaron los niveles de inmunoglobulina A, los anticuerpos que se encuentran en la nariz y la boca y que sirve como primera línea de defensa en contra de los virus. Asimismo, en otras pruebas, documentaron cambios favorables en el balance hormonal, con reducción del cortisol, la hormona del estrés y con un aumento de 100 por ciento de la hormona dhea, que refleja un estado físico de relajación. El reto está en detenernos a lo largo del día y apreciar. Apreciar el agua con la que nos lavamos las manos, al ser amado que tenemos junto, lo delicioso que está un platillo, la libertad que da estar sano. De esta manera, no sólo seremos más felices, sino que nuestro corazón funcionará mejor.

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