4/3/10

SIMPLICIDAD


Por Jaime Lagunes: "La visión Zen Budista como alternativa a la política de crecimiento económico comercial industrial"

"PARA LLEGAR AL GOZO ES NECESARIO GOZAR LA NADA" San Juan de la Cruz

De acuerdo a la tradición el budismo zen comienza cuando Sakiamuni, en vez de ofrecer un sermón, muestra a su público una flor. El Zen enriquecido de manera muy importante por el Taoísmo chino y el Budismo Mahayana es la cima intelectual nihilista. La palabra es una abreviatura del japonés zenna, que equivale en sánscrito a dhyana y que al castellano puede traducirse como “meditación,” “contemplación,” “aquietamiento” y “concentración mental”.
El hombre busca la felicidad destruyendo al sufrimiento, pero de acuerdo a las filosofías orientales, los deseos, las pasiones, las ambiciones, etc. son precisamente causas de sufrimiento. La práctica de la doctrina del Zen, resuelve ese problema desapareciendo esas ambiciones, trabajando con enseñanzas diametralmente opuestas al consumismo y materialismo occidental:

1. Reconocer que la declaración “menos es más” como verdadera.

2. Valorar la riqueza del vacío.

3. La recuperación de la simplicidad y de la sencillez.


Existe un liberador estado de desprendimiento y del evitar permanente el deseo. Efectivamente, el objetivo es alcanzar la luz y el feliz vacío del ser humano de forma espontánea, instantánea y natural.

De forma fulminante se conquista tanto la comprensión de la realidad como la armonía o integración del ser en la totalidad integradora del nuevo universo y se sirve de tres elementos: la meditación (zazen), las enseñanzas de los maestros o sutras y los koans.

El koan es una pregunta capaz de hacer despertar de una determinada lectura la el gatillo para comprender la realidad. Un ejemplo icónico es del maestro Joshu (778-898) que cuando le preguntan: “Si un individuo llega con nada que le dices?” el contesta de manera instantánea: “Tira eso!”

Para llegar al punto de la iluminación se requiere:

1. Deshacernos de todas las imágenes ilusorias continuamente impuestas sobre nuestra voluntad y que nos han proporcionado tantas angustias y preocupaciones.

2. Olvidarnos del ego – origen siempre de sufrimiento.

3. Desterrar todas las obsesiones que continuamente nos crispan, paralizan y absorben nuestra energía.

Se persigue la aniquilación del orgullo, la vanidad, la obsesión, la susceptibilidad y la excesiva animosidad. El Zen rechaza el egoísmo que se manifiesta en efectos calculados (con resultados artificiosos y efectistas) o por supuesto que cualquier tipo de auto-glorificación. Para vivir la verdadera realidad de forma armoniosa con el universo, es necesario buscar el ¨satori Zen¨ y es justo esto lo que nos aporta a los que vivimos en el nuevo milenio, y nos ayuda a lidiar con la decepción que genera el consumismo, la globalización, y las ideologías desarrollistas actuales. El Zen es un entrenamiento que cuando tiene práctica de la meditación logra la continuación de este estado de atención a lo largo de la vida cotidiana. Es parte de una tradición de más de cerca de 4 mil años de antigüedad. Un camino de conocimiento e iluminación, entendiendo el término “conocimiento” como experiencia global de la realidad.

Al vivir en la espontaneidad, en la naturalidad, no se requieren dogmas o teorías. Objetivar, codificar, conceptualizar la realidad es la pretensión obsesiva que persigue el conocimiento convencional del hombre positivista de Occidente. Todo lo que se presenta frente a él, ya sea divino o humano, debe ser clasificado y encapsulado dentro de una definición rígida e inamovible. De esta forma nos formamos ideas, creencias, deseos y aversiones, todas ellas ficticias, ajenas al mundo verdadero de la realidad presente y siempre cambiante.

La meditación y la enseñanza del Zen tienen su origen en Sakiamuni, fundador histórico del Budismo. Más precisamente, fue en realidad el actualizador de una tradición cuyos orígenes se pierden en la historia. Después de la iluminación del Buda en el siglo 6 A.C. se crearon múltiples comunidades monásticas dedicadas a difundir su conocimiento. Lin-chi (m. 866) uno de los maestros mas importantes de la historia del Zen, fundo una escuela en China que posteriormente se establece en Japón por Esai (1141-1215) como la escuela Rinzai. Dogen Zenji (1200-1253), uno de los grandes filósofos japoneses es considerado como el fundador de la escuela Soto, aunque no lo haya hecho de manera formal. Rinzai tiende a basarse mas en sutras, escrituras sagradas mientras que Soto usa mas la meditación (zazen) en preparación para la entrada a la Verdad y la felicidad: satcitananda. De hecho la palabra esta compuesta de tres conceptos/fenómenos, Existencia, conciencia y alegría. Los maestros del Zen pueden pintar hermosas obras de tinta sumi-e llenas de vida o escribir poemas haiku capturando la epifanía momentánea de cada día. Los en koans frases contradictorias que deben estimular el acto de iluminación.

Cabe mencionar que no es una religión en el sentido de un sistema dogmático de creencias. Es más una filosofía, aunque no provenga del pensamiento ni de la especulación intelectual. Tampoco es una ideología a la que adherirse de forma ciega e irracional. El Zen es una experiencia interior. Lo presento en este texto como una alternativa a la problemática moderna: la de la mentalidad de crecimiento económico irracional promovida por la alianza gubernamental-empresarial que pone entredicho el futuro del entorno natural así como de la paz interna del individuo.

Es interesante que actualmente, el mundo continua dividido entre dos concepciones confrontadas aunque ambas de corte material: el capitalismo y un materialismo comunista: dos sistemas sociales e ideológicos que insisten en precisamente lo material. Afortunadamente, llevamos ya medio siglo de mantener una fuerte reacción a esta obsesión económica e ideológica. Muchos de los primeros que se acercaron a las tradiciones espirituales orientales, tanto en Europa como en Estados Unidos, llegaron con el pensamiento que se resume en el no aceptar proyecto social alguno que ignore la espiritualidad, el respeto al planeta o las necesidades creativas del individuo. Se manifiesta todo esto con fuertes movimientos humanistas/ecologistas: el de descrecimiento económico, y aquel en favor de fortalecer al individuo como ser espiritual. Tienen en común un principio: la necesidad de hacer un mundo más humano partiendo y teniendo en cuenta al planeta. Se trata de una revolución civil pacífica que pone al entorno natural y al individuo con sus necesidades espirituales en primer plano.

El Zen y la situación actual política social

Una vez alcanzado el satori, las exaltaciones exteriores ya no provocan deseos contradictorios, de manera que el hombre, a partir de entonces, ya no sufre con las miserias de la vida. La ascensión al satori lleva consigo la disipación de todas las dudas e indecisiones dejando atrás a un sinfín de complicaciones a sufrir.


¿Cómo responder a la problemática actual creada por el desarrollismo irracional? Nos encontramos con dos posibilidades: por una parte, reemplazar las estructuras sociales, las relaciones de poder, las instituciones de forma que las nuevas estructuras faciliten la aparición de un individuo nuevo pero también de la segunda: transformarnos a nivel individual de forma que nosotros de manera orgánica demos lugar a nuevas estructuras sociales y nuevas relaciones sociales. Sin duda esto es lo más importante: no limitarnos, que creciendo espiritualmente podemos elevar el nivel moral y ético de la sociedad en su conjunto.


En este punto es donde se incorpora de manera natural el pensamiento Zen. Al no estar basado en dogmas externos con verdades impuestas pero tampoco en un sistema lógico-racional mecanicista, se manifiesta como un despertar armónico e integrado con un comprensión profunda y real de nuestra verdadera naturaleza.

También recordemos que la ansiedad se ha convertido en una epidemia imparable que aparece estrechamente asociada con el estilo de vida. Los síntomas son tan reales que la OMS alerta que los trastornos emocionales. En el occidente, quizás 50 millones de personas sufren por ellos.

La ideología que domina el planeta: “sólo puedes ser feliz viviendo en un sistema social basado en la opulencia material, en el consumo por el consumo” esta causando una enorme destrucción no solo del planeta sino que también, de los valores más íntimos del ser humano, de las relaciones entre seres humanos. Es un pensamiento altamente alienante que todos estamos sufriendo.

La razón, al liberarse del yugo del fanatismo económico, da lugar a sistemas políticos que cuestionen al “progreso”, entendido como acumulación de riqueza material - la religión del Occidente capitalista.
La alternativa propuesta que sana tanto al planeta como a ti es entonces: vive en la simplicidad - en armonía con tus otros y con la naturaleza, vive el Zen.

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